martes, 14 de abril de 2009

Sun Tzu: El arte de la guerra

Capítulo I: Valoraciones
La milicia es un Tao de engaños:
De modo que cuando seas capaz, muestra incapacidad.
Cuando seas activo, muestra inactividad.
Cuando estés cerca, haz creer que estás lejos.
Cuando estés lejos, haz creer que estás cerca.
De modo que cuando el enemigo busque ventajas, lo atraerás.
Cuando se halle confundido, lo conquistarás.
Cuando tenga consistencia, prepárate a enfrentarte a él.
Cuando sea fuerte, evítalo.
Cuando esté airado, acósalo.
Atácale cuando no esté preparado.
Surge allí donde no te espere.


Capítulo III: Estrategia del ataque
Y así es la milicia:
El conocer al otro y conocerse uno mismo,
significa que no haya pérdidas en cien batallas.
No conocer al otro y conocerse uno mismo,
significa victoria por derrota.
No conocer al otro y no conocerse uno mismo,
significa que cada batalla será una derrota segura.


Capítulo V: Shih
Mandar a muchos es como mandar a pocos.
Es cuestión de división y de cálculo


Capítulo VI: Lo lleno y lo vacío
Cómo se puede hacer que el enemigo llegue
a un acuerdo: ofrécele ventajas.
Cómo se puede impedir que el enemigo llegue
a un acuerdo: perjudícalo.
Así pues, cómo se puede hacer que el enemigo se esfuerce
cuando está cómodo y perezca cuando esté repleto:
surge allí donde él tenga que apresurarse.


Capítulo VIII: Las nueve transformaciones
Hay caminos que uno no debe seguir.
Hay ejércitos con los que uno no debe combatir.
Hay ciudades que uno no debe atacar.
Hay terrenos en los que uno no debe enfrentarse.
Hay órdenes del soberano que uno no debe aceptar.

Y así es el método de emplear la milicia:
No confíes en que el enemigo no venga.
Confía en lo que esperas.
No confíes en que no te ataque.
Confía en cómo puedes ser inatacable.


Capitulo IX: Movilizando al ejercito
Cuando haya llovido río arriba, el flujo de la corriente
será intenso.
No vadees. Espera a que se calme.
Cuando se crucen barrancos profundos,
caudalosos manantiales, amplios embalses,
grandes cerramientos, sumideros profundos
y severas fisuras,
uno debe abandonarlas rápidamente, no te acerques.
Cuando me alejo de ellas, el enemigo las tiene cerca.
Cuando y las tengo de frente, el enemigo les da la espalda.


Capítulo 11: La nueve clases de terreno
Se podría preguntar:
¿Cómo habré de enfrentarme a un enemigo
que se acerca con una fuerza notable y bien organizada?
Yo te diría:
Arrebátale lo que más aprecia, y entonces te prestará atención.


Capítulo 12: Ataque con fuego
Ahora bien, lucha por conseguir la victoria: ataca y alcánzala.
Si no es ventajoso, no actúes.
Si no es asequible, no utilices tus tropas.
Si no hay peligro, no presentes batalla.