unperroflaco: junio 2015

Aunque no está al alcance de todos los bolsillos, cenar en el Restaurante Lío de Ibiza es toda una experiencia, no sólo por lo exquisitos que están los platos sino también por la experiencia de comer en un entorno precioso, con unas vistas privilegiadas a Dalt Vila mientras se disfruta del espectáculo, pues además de restaurante Lío es también un cabaret.

Si vivís en la isla o tenéis previsto visitarla este verano y queréis acudir a este establecimiento, lo tendréis difícil si todavía no habéis reservado. A pesar de los elevados precios de su carta el aforo está prácticamente cubierto para toda la temporada estival, lo que hace que disfrutar de la cena y del espectáculo que se ofrece se convierta en una experiencia exclusiva.

Durante toda la cena se van sucediendo distintas actuaciones, desde cantantes a bailes pasando por números más picantes y atrevidos que arrancan las risas de los comensales. La animación es tal que hace que todos participen de la función y no es extraño ver cómo se levanta alguna mesa para bailar o agitar las servilletas.

Por supuesto, encontrarse en un ambiente tan cool hace que los comensales deban ir adecuadamente vestidos, por eso hay que arreglarse para cenar en Lío, algo que contribuye a crear un ambiente festivo. Después de cenar, los camareros retiran las mesas y empieza el baile, por supuesto quien no quiera cenar puede entrar a tomar una copa y unirse a la discoteca, aunque se pierda el espectáculo.

La pasarela sobre la que se desarrollan las actuaciones se retira para descubrir una piscina, no es extraño que tanto los bailarines como alguno de los comensales acabe en remojo antes de que termine la noche. Pero ya se sabe, esto es Ibiza y aquí todo puede ocurrir. Tened también en cuenta que si estáis acomodados cerca de dicha pasarela os pueden hacer partícipes de la función y haceros subir al escenario.

Nuestra decisión para la cena fue empezar con unos entrantes para compartir. Los elegidos fueron un plato de jamón ibérico con tomate y pan; un canelón de aguacate y centolla gallega y un turrón de foie con perlas de Sauternes. Las raciones son bastante correctas y estaba todo delicioso. Además, el servicio es muy atento y hay un camarero/a para cada mesa (todos muy guapos/as, por cierto)

Me hizo gracia que los platos de la carta estuvieran bautizados con nombres de películas. Nuestros segundos fueron un chuletón a la brasa con su carrito de patatas (Rey león), un bacalao negro marinado en miso con ensalada de wakame (Memorias de una geisha), un cochinillo crujiente con cremoso de patata y confitura de mandarina (Babe) y un ravioli gigante de alcachofa, tomate seco y ricota (La vida es bella).

Aunque mi elección fue el plato de bacalao negro, probé todos los demás ¿Cómo resistirse? Aparte del mío, me gustó mucho el cochinillo crujiente, aunque todos estaban deliciosos. Lo único que nos incomodó un poco fue la poca luz que hay para comer, pero es comprensible porque el espectáculo necesita de su propia iluminación.

De postre decidimos compartir un variado que nos dejó con la boca abierta a todos, pues nos sirvieron una espectacular bandeja con un sinfín de bocaditos que nos costó terminar: macarons, granizados de frutas, cake-pops, trufas, pastelitos, etc. Una forma muy adecuada de poner punto final a una cena tan especial.

En definitiva, el Restaurante Lío en Ibiza es una experiencia que vale la pena probar. El precio mínimo son 150€, así que hay que ir mentalizado, sumar más o menos a esta cantidad dependerá del vino que se elija y de las copas que se consuman. Si tenéis interés en disfrutar de una cena en este establecimiento lo mejor es reservar cuanto antes.